Rodi de Fuca


UN VIAJE CON MASCARILLA IV (A Cefalonia es difícil abandonarla) 1

Las noches en Grecia no tienen parentesco con ninguna otra en todo el planeta. ¿Será porque aún brilla aquella luz ancestral de la civilización que hubo más grande o porque el mar, al caer la tarde, suelta todos aquellos reflejos que había capturado durante el día y los une con la brisa mediterránea de esa singular manera transformando un espacio oscuro y sombrío en un sinfín de placidez, resplandor y armonía?


UN VIAJE CON MASCARILLA III (Olivos siameses) 1

¿Antes que un descuido permitiese al Sr. Covid, el intruso mensajero con su guadaña, invadir mi conmocionada vida, no sería mejor desear las salobres profundidades del Jónico? ¡Pero solo para bañarse! Pues como decía aquella entrañable película de Roberto Benigni, “La vita E bella”…En Cefalonia.


UN VIAJE CON MASCARILLA II (Sigue nuestro viaje enmascarado) 1

Más de una vez, he pensado que la satisfacción que me da colaborar con un minúsculo medio provincial, mantener un blog a salvo de multitudes, editar mis libros al amparo de pequeños y artísticos sellos editoriales, fundaciones y cooperativas y separar lo εὖ ζῆν del consumismo diario están más cerca de la felicidad que cualquier éxito financiero rimbombante. ¿O es una utopía?


¿QUÉ QUEREMOS DECIR CUANDO DECIMOS ALGO …QUE NO ES?

Aunque considero que es un artículo medioacabado, crudo y sin pulir no le quise pedir nada más, pues la plenitud y la excelencia vive solo dentro de nosotros. Y ahí dentro es donde hay que buscar para poder cada uno rellenar sus oquedades sentimentales.
Articulo publicado en el periódico AIXMI el jueves 7 de mayo 2020


ODISEAS DE VIDAS MENGUANTES

(Adaptación de letras de un poema premiado, de Rodi de Fuca)              El caserío vacío y ruinoso. Dos acres de tierra saqueada y la maleza de malvasías sarmentosas.      Él, una vida en la balandra. “Mi venganza” la llamaban. Así que apenas se acordaba.      Cuatro lustros ya, a Ítaca la había abandonado.      Velero era el barco, que le llevó a zarpar como hechizado para alcanzar piélagos lejanos mundanales.      Rememoraba su imagen cada tarde, de regreso, frente a su mirada marchitada, a la vera de sus sensores oxidados.     —Hijo, apenas me acordaba… Llevaba la nave clavada […]


¿CAMBIAR NOSOTROS? ¡Y UN CUERNO!

“¡Nada va a ser como antes!”, “¡el mundo no va a ser el mismo!”, “¡nada va a ser igual cuando todo pase!”… ¡Y un cuerno!
OJALÁ ESTA VEZ SEA UN EQUIVOCO