Investigando las históricas dudas razonables del universo.
Hoy en los modernos buques se llama Log-book, «Ημερολόγιο Γεφύρας», o Cuaderno de puente. Aquellos caóticos años cuando las gélidas carabelas deambulaban en océanos sin nombre y sin fin, se llamaba bitácora. Bitácula en el dialecto de los exploradores españoles y también derrotero…
El derrotero o cuaderno de puente fue igualmente precursor del moderno blog. Muy pocos conocen que uno de los más famosos derroteros de la edad media está escrito de la mano de uno de los primeros exploradores griegos, integrante de algunas expediciones para el descubrimiento del nuevo mundo. Y no nos referimos al más glorioso de todas las épocas, —explorador y navegante griego al servicio del emperador español Felipe II—, Juan de Fuca o Apóstolos Valeriano.
Francisco Albo en griego Φραγκίσκος Άλμπος —aunque probablemente lo correcto sería Κάλβος- Calvos— procedía de la isla de Quíos y era residente de la caballeresca Rodas. Albo era contramaestre de la nave Trinidad en la expedición del gran descubridor de Portugal, Fernão de Magalhães, quin bajo las órdenes del emperador español Carlos I descubrió entre otros el estrecho al sur, entre Argentina y Chile que tomó su nombre, y “completó” la primera circunnavegación de la tierra con la ayuda de los dieciocho sobrevivientes ya que murió a mitad del viaje en un conflicto armado con los nativos de la isla Mactán. La expedición que partió de Sevilla navegó por Brasil, Patagonia, la isla Guam y las islas filipinas antes de regresar a la península ibérica.
Esa primera expedición incluía cinco carabelas cuando zarpó de Sanlúcar de Barrameda al sur de España, el diez de agosto de 1519. Junto a la “Trinidad”, en la “San Antonio” que gobernaba Juan de Cartagena embarcó como marinero Simón de Quíos. En la “Victoria” —única nave que completó el periplo y retornó a España con dieciocho supervivientes— iba a bordo Michalakis (Miguelito) de Rodas, nostramo que era de los más jóvenes apenas treinta y dos años.
Cuando la nave “Victoria” tomó el camino de retorno el seis de noviembre de 1521, Francisco se trasladó de la “negra Trinidad” al Victoria como piloto y mano derecha de Juan Sebastián Elcano y nombró maestre a Michalakis. En la misma nave iban embarcados tres marineros griegos más. Filippo también Rodio y familiar de los otros y dos de la ciudad de Nauplio —la que llamaban Napoles de Peloponneso—. El cuarentón Nicolás y Giannacós “el Helinaras” como lo apodaba la cuadrilla.
Miquelis Sánchez, —el aristócrata venido a menos— quincuagenario, de noble familia de origen español y residente de Rodas, había seguido a sus colegas del barrio para servirles de interprete. Los Rodios —lo contrario que los demás reclutas de la expedición de Magallanes que eran necesitados o fugitivos— habían acudido a la potente España para buscar su suerte y su gloria después del destructivo terremoto de 1515 y la perdida de sus fortunas en la isla esmeralda.
Mateo de Corfú embarcó de la mano del maestre Juan Sebastián Elcano desde el principio en la nave “Concepción” del capitán Gaspar de Quesada y después de su incendio le siguió a la “Victoria”. Desafortunadamente no aparece como superviviente al finalizar la expedición. Mis vagas indagaciones me condujeron a rumores de que “Mathiós” con la colaboración de Giannacós se escapó a su llegada a Borneo el veinticinco de Julio de 1521 y desde entonces se desconoce la suerte de ambos. Se dice además que Simeón abandonó la expedición a su paso por el Suráfrica y de ahí consiguió regresar a Extremadura donde moraba con su familia española. En la nao “Santiago” que le perdieron el rastro en aguas de Patagonia no iba embarcado ningún marinero griego.
De la nave “Trinidad” la primera nodriza de la expedición de los 55 tripulantes sobrevivieron apenas cuatro.
En la “Victoria” que llegó al puerto de Sevilla el cuatro —según algunos el seis— de septiembre de 1522 entre los dieciocho supervivientes de los doscientos cincuenta y seis que habían partido, destacaban los pilotos Francisco Albo y Miguel de Rodas, el marinero nafpliota Nicolás y el griego de ascendencia española Miquelis Sánchez de Rodas. ¡Cuatro griegos entre los dieciocho! Sin contar a los tres fugados durante el trayecto. ¡Un éxito inigualable que desafortunadamente no se menciona en ningún sitio!
Del cuaderno de puente de Francisco y las notas a bordo del relato de los sucesos de expedicionario lombardo de Vicenza, Antonio Pigafetta obtuvimos inalterables informaciones sobre el pr
imer periplo de la tierra.
El único y preciado bitácora el, «Derrotero del viaje de Magallanes desde el Cabo de San Agustín en el Brasil, hasta el regreso a España de la Nao Victoria» se guarda hoy en “Archivo de Indias” en Sevilla. ¡Ninguna referencia oficial no existe sobre la autenticidad y la identidad del autor!
Por lo contrario, modernos “eruditos” ningunean al griego navegante y explorador.
Solamente unos años después de la arribada de la nao “Victoria” en aguas españolas, Pedro de Chania, mano derecha de Pizarro en la conquista del imperio Inca se erigió en el primer gobernador de su capital Cuzco con vicegobernador su lugarteniente Giorgakis de Jántaca ciudad de Creta. Aunque la historia le confunde con Pedro Martino ciudadano igualmente de Jándaca que fue compañero en el descubrimiento de Perú de Pedro de Valdivia. En la misma época alrededor de 1527 fue famoso Teodoro el Romiós (griego) que acompañó la expedición a la conquista de Florida en los Estados Unidos de América de don Pánfilo de Narváez.
Lo hemos mencionado varias veces, hemos insistido… La duda, la discrepancia es un modo de cultura, de búsqueda política y social y de histórica inquietud. Pero desafortunadamente muchas veces es producto de ataques de parte de los cruzados que han puesto como meta la anulación o la condena de la civilización griega y su promoción histórica
Hoy día, muchos de esos cruzados cuestionan la licencia de esa primera bitácora, una de las primeras “derrotas” de la edad media y de los descubrimientos, e insisten que no ha sido elaborado por la mano de Francisco Albo si no del analfabeto Juan Sebastián Elcano. Como si el inolvidable pescador hispano, fugitivo y usurpador de la gloria de Ferdinando Magallanes era más valedor del escrito del cuaderno que el prestigioso navegante griego.
¡Pero quizás tengan razón! Son miles las páginas que se han escrito sobre los iberos y británicos bucaneros de la edad media. Especialmente en la Wikipedia alquimista. Pero sobre los navegantes y exploradores griegos cuatro líneas y medio hijo mío. Cuatro y medio… Y a pesar de ello en la primera circunnavegación del globo donde solo participaron ocho griegos, siete de ellos sobrevivieron en esos tres trágicos años de atrocidades. Y lo que se refiere a la bitácora —el cuaderno de puente— de la expedición de Magallanes ESTE es científicamente documentado de que se ha escrito por Francisco Albo o Calvo griego piloto de la “Victoria” a pesar de la existencia de Juan Sebastián Elcano…Además…
Nosotros, los —una vez más pisoteados griegos contemporáneos—, ¿qué vamos a reconocer?
¿Qué un vasco pescador analfabeto y fugitivo como Elcano ha escrito el famoso “derrotero” o de que Francisco Calvo le ponía las gafas cuando aquel ni siquiera veía su nariz?
¡Yo apuesto por lo último!
Publicado en el periódico Aixmi y traducido para el bilinguay.com dentro de la trilogía de