LA ODISEA DE LOS POETAS 1ª PARTE
¡Helena no era del todo infiel!
Dijiste del hombre aquel, divina musa,
que infinita su osadía y sus hazañas,
me hablarías/con palabras de ternura
aladas/ de su destino y de su vida impura,
sus devaneos/entre mares y montañas/
y sus leyendas de ventura inconclusa.
Germina mi canción con las palabras
que se palpan, a la vez divinas y aladas.
Con el deseo que m’ obsequiaron hadas,
belleza supliqué. ¿Qué más pedir pudiera?
O s’ acordará alguien de mí,la era venidera;
sea mañana, después ¡o un día cualquiera!
Recitaba la ondina, /de mirada aciaga/
de dioses y hombres vastas traiciones.
¡Magnicidios! ¡Ira! Venganzas y temores,
perdidos compañeros,…Escena de actores,
/que relevase Mentes la diosa en funciones/
de magna obra que al trovador halaga,.
El mascarón. Mirad el mascarón
como viene del África a New York.
¿Quién es el trovador? ¿Y de que musa el aedo?
¿Homero/de Nérito real/de Odiseo nieto,
o no sería Mentor, en Lorca disfrazado?
¿Acaso ilusión, espectro, sueño realzado?
De Néstor –rey- escuchó, el heredero inquieto
por el regreso de otro rey y su divino enredo.
Se fueron los arboles de la pimienta
los pequeños /de fósforo/ botones.
Se fueron los camellos de carne desgarrada
y los valles de luz que el cisne levantaba…
Ulises rey, acosado por infame y cruel destino,
soñaba, / en las redes atrapado de Calipso/
con humos albos, que en su Ítaca encendían.
Mientras, mezquinos invasores pretendían
/con oro, mirra, incienso y compromiso/
“la Diva”, procreadora del unigénito atrevido.
-¿A que esperamos en la plaza congregados?
Están los bárbaros a punto de llegar.
-¿Porque en la asamblea tanta apatía imperar?
¿Qué hacen sin legislar los magistrados?
Sueños de poeta, el retorno a Ítaca añorada.
Ítaca /que izaba ruinas/de vidas destrozadas,
como de Atrídas otros, gozaron la suerte,
mas ignoraron todos si la cruel muerte
entre sirenas vanas /con miel amamantadas/
privase del Amante amada, patria deseada.
Es la mujer del hombre lo más bueno,
y locura decir que lo más malo,
su vida suele ser y su regalo,
su muerte suele ser y su veneno.
Y de Helena, /hija del hombre y de profeta/
y la pericia de Menelao, rey leonado argivo,
/digno tributo que fue del bardo universal
Pablo Neruda, honoris causa y rapsoda versal/
supo Telémaco de esa emboscada ¡en vivo!.
…Y así se pronunció por boca del poeta:
Cuando estés vieja, Helena /Oráculo ya te lo dijo/,
te acordarás de aquellos versos que yo decía.
Tendrás los senos tristes de amamantar tu hijo,
los últimos retoños de tu vida vacía...
¡No me merezco ingratitud! Dijo Helena.
En Troya, tu osado padre, entremuros ayudé.
Y mientras en Ítaca tu madre, exige a su duende
revelaciones de su hombre, y le reprende,
yo cuidé de su suerte, y de su regreso no dudé.
“Gracias a tí, ahora, evidencia ya tengo plena”.
Si la mitad de mi corazón se haya, doctor, aquí
la otra mitad en China se encuentra,
junto a la multitud que desciende el cobrizo río.
Y luego, doctor, cada amanecer,
en el instante, doctor, que amanece,
mi corazón, siempre, es fusilado en Grecia!
Rezó Atenea, garza de ojos y de común aspecto:
¡”Aquí la Telemáquia acaba”! con suma aportación
del noble Nazim, quien recitó, esos divinos versos.
Proteo, Méntor, Poseidón, o cíclopes perversos,
hazañas nuevas cantarán, con otra conjunción
…¡de osado endecasílabo o verso imperfecto!
RdF invocó a los poetas
Sapfó de Mitilene,
Federico Garcia Lorca, bis,
Konstantinos Kavafis,
Lope de Vega,
Pablo Neruda, y
Nazim Hikmet.
R d F
Mi deuda a mi amigo Mentor (Niko F Kampanis)